SOBRE LA INMUNIDAD DE LA INMUNDICIA
Hace poco que publiqué la gran fuerza que tendría un politico que hubiera sido legítimamente votado y que ostentará la representación real de sus votantes. Tendria una fuerza imparable, la de miles de votos detrás de el. Estaría por encima de su líder, por encima de su partido y enarbolaria, orgulloso, la bandera de su propio destino la de sus votantes. Podría defender a estos de cualquier injusticia, de cualquier afecto ajeno a sus propios intereses y a los de sus votantes. Pero esto no termina aquí, imaginemos por un momento que esos votantes, además, son personas limpias, y no me refiero a la roña, me refiero a la limpieza legal que produce el no haber roto un plato en su vida. El no haber pagado o cobrado en negro, el de pedir facturas con el impuesto correspondiente, el de haber cotizado por todos los periodos de trabajo que haya efectuado, ya se que es mucho imaginar, tratándose de Españoles, pero hagamos un esfuerzo y veamos la fuerza que posee una persona sin tacha, que no ti