SOBRE LA INMUNIDAD DE LA INMUNDICIA

Hace poco que publiqué la gran fuerza que tendría un politico que hubiera sido legítimamente votado y que ostentará la representación real de sus votantes. Tendria una fuerza imparable, la de miles de votos detrás de el. Estaría por encima de su líder, por encima de su partido y enarbolaria, orgulloso, la bandera de su propio destino la de sus votantes.

Podría defender a estos de cualquier injusticia,  de cualquier afecto ajeno a sus propios intereses y a los de sus votantes.

Pero esto no termina aquí,  imaginemos por un momento que esos votantes, además, son personas limpias, y no me refiero a la roña, me refiero a la limpieza legal que produce el no haber roto un plato en su vida. El no haber pagado o cobrado en negro, el de pedir facturas con el impuesto correspondiente, el de haber cotizado por todos los periodos de trabajo que haya efectuado, ya se que es mucho imaginar, tratándose de Españoles, pero hagamos un esfuerzo y veamos la fuerza que posee una persona sin tacha, que no tiene nada que ocultar, orgullosa de si misma reclamando sus derechos sin que una pequeña investigación eche basura a su vida y obra. Ese ciudadano, esa persona seria como el político legítimamente constituido imparable.

Lamentablemente, bajemos de nuevo a la realidad y observemos a nuestros vecinos, amigos, pareja y sobre todo a nosotros mismos, tenemos tachaduras y borrones en el guión de nuestras vidas, ¿quien es la persona que no ha pagado una factura sin iva, quien la que no ha cobrado una indemnización o una prestación indebida,  o la que no ha trabajado en negro nunca o quebrantado alguna ley, aunque sea pasarse un semáforo en rojo a las cuatro de la madrugada cuando no venia nadie?

No tengo claro que esa persona exista.

Pero de existir, seria todo eso que he dicho antes, un superheroe de los que abundan en los telefilmes Americanos. 

Y es que somos como somos, no lo podemos evitar. La sangre que fluye por nuestras venas, nos incita a lo prohibido a lo ilegal e ilegítimo. Aunque no toda la culpa es nuestra, desde los tiempos de Maricastaña, nuestros gobernantes, ya sean reyes, nobles, obispos o presidentes se han dedicado a mangonear en las sacas de dinero público, impunemente, a manos llenas y sin tener que pagar por ello.

Pocos son y todos sabemos la gran lista de politicos que están o estuvieron en la cárcel por esos delitos contra las arcas públicas, pero no son ni el 2% de los que roban, malversan, comisionan, prevarican, o simplemente miran para otro lado, sin que el peso de la ley les caiga encima como una losa.

Muchos son los casos que justicia tiene abiertos y muy pocos los que se resuelven con el final feliz de los cuentos.

Así que, si ellos lo hacen, de forma tan explícita,  ¿porque razón no habemos de hacerlo nosotros?.

Cuando nos incitan a ello, con leyes absurdas de cumplimiento imposible como el de llevar un libro de gastos exacto en nuestras vidas cotidianas, o el de emplear productos el doble de caros para usos domésticos, por el medio ambiente o por otras tantas razones, si has tenido alguna vez un negocio o comercio, sabes de que te hablo.

A veces creo que los politicos lo hacen de forma deliberada, que nos quieren así,  ilegales, para que nos sintamos culpables en todo momento, para que no alcemos la voz, para tenernos sumisos y callados, y si alguien se le ocurre protestar por alguna injusticia, poderle echar tanta tierra encima, que sus gritos de denuncia no se escuchen o queden amortiguador por el hecho de no haber pagado una multa, o haber copiado en un examen de primaria.

A veces creo que somos tontos por permitir todo esto, a veces, no lo creo, lo sé.