Una ministra de igualdad que resalta las desigualdades.

El siguiente artículo de Maite Rico publicado en el pais el pasado dia 15 de Mayo, refleja exactamente el devenir de millones de mujeres estigmatizadas por tener una menstruación incapacitante.

¿Que pequeño empresario querria tener en su plantilla a enfermas potenciales con baja medica cuatro dias cada mes?

¿Que han hecho las mujeres de este gran país para que Dña. Irene Montero sea la encargada de velar por los intereses de todas ellas? Votarle... 

Ah, no, que a ella nadie le ha votado, ha sido impuesta por la cuota de igualdad, por ser la esposa de quien es y por ser psicologa clinica sin ejercicio y sin experiencia.

Nadie le ha votado, igual que nadie ha votado a ningun ministro, ni diputado... solo se ha votado a unas siglas, el Psoe, que ha puesto y colocado a quien mas le interesa al partido, no a España.

Porque conviene no olvidar que ese mismo partido, que pidio a los gobiernos salientes de otro partido, el pp, igual p peor de malo que ellos mismos, les pidio, digo, que se disculparan por los casos de corrupción en el congreso de los diputados, el mismo partido, aquejado de los mismos males y que adelas tiene en sus filas y como socios del gobierno, a diputados con sangre en las manos y a los que no se les pide que pidan disculpas, socios que quieren desvincularse de España, y que dan su voto, solo si sacan algo a cambio, nada mas que decir.

"No me explico cómo hemos sobrevivido las mujeres sin Irene Montero. Nunca nadie hizo tanto por redimirnos de nuestra mísera existencia. La ministra de Igualdad y sus indignadas amazonas han venido a mostrarnos que el objetivo del feminismo no es caminar en igualdad junto a los hombres. El verdadero feminismo ha llegado para convencernos de que ser mujer es una auténtica mierda.

Creíamos haber avanzado razonablemente, pero estábamos ciegas. Nunca ser mujer fue tan difícil. El sexo femenino sigue en su sitio, pero no existe, es un constructo. Todo en nuestra vida es un problema. Jugar con muñecas. El color rosa. Estudiar historia o medicina en lugar de computación. Vestirse (la moda mal). Acicalarse (depilarse mal). Tener tetas (dan miedo). Volver sola y borracha (mejor no). Ligar (¿esa mirada será acoso?). De follar mejor ni hablamos. Hasta parir se complica, con la amenaza de la violencia obstétrica.

Y ahora, la menstruación, equiparada a una enfermedad inhabilitante. El dolor de ovarios de toda la vida, combatido con analgésicos, será una "incapacidad temporal especial costeada por el Estado", se ufana Montero, que compite en Twitter con Yolanda Díaz por ver quién lava más blanco. Curiosa manera de "normalizar" un hecho fisiológico. A partir de ahora, toda mujer sana será por ley una potencial enferma recurrente.

Quiere Montero "acabar con el estigma, la vergüenza y el silencio en torno a la regla". Yo no sé en qué mundo se mueve ella, pero los hombres normales no estigmatizan nada porque toda su vida han visto a madres, hermanas, parejas e hijas jurando cada mes en arameo, y más de una vez les ha tocado ir a la farmacia o al súper a pillar compresas. Esas mismas compresas o tampones que se anuncian a ritmo pop en televisión.

Puede que la ministra confunda estigma con pudor. No a todo el mundo le gusta ir exhibiendo indisposiciones. Las mujeres hablamos de reglas y menopausia entre nosotras, porque es un universo compartido. Pero yo no voy a dar la turra a mi vecino con mis ovarios de la misma forma que no quiero saber nada de su aerofagia.

Pero bueno, queridas, es hora de reconocer que estábamos equivocadas. Tenemos que asumir que somos víctimas. Gracias, Irene, por hacernos ver nuestras severas limitaciones. Cuánto mejor estaríamos si pudiéramos emular a las burguesas que pasaban sus días leyendo, bordando y cuidando los rosales. Tú llevas más camino recorrido: gracias a un hombre tienes jardín, niñeras y pensión vitalicia. Eres nuestro faro"

Maite Rico

El Pais

15/05/2022